Viajando

Publicadas por Mael 11 sept 2010

Para emprender un viaje se necesitan pasar por varias etapas, y la primera implica tener confirmadas unas cuantas variables necesarias antes de empezar a moverse.


Sin un ordenamiento en particular se tiene que saber: hacia donde viajar, qué camino se debe tomar, con qué se cuenta para poder empezar el movimiento y principalmente donde se está (o para decirlo de otra manera, cuál es el punto de partida).


Sería una tontera empezar a caminar para llegar a un lugar en el que ya me encontraba.


De la misma manera, sería una tontera querer ir a algún lugar cruzando el océano sin haber previsto un medio de locomoción que pueda realizar un viaje transoceánico.


Al mismo tiempo (y casi tan fundamental que muchas veces se pasa por alto) si quiero viajar para ver algo tengo que, primeramente, tener una certeza de que eso que quiero ver está ahí a donde quiero viajar, pero también de que tengo la capacidad de verlo (es decir, para este ejemplo, no ser ciego).






Y todo eso que debe confirmarse hay que hacerlo antes de mover un sólo músculo si se quiere ser eficiente y eficaz (aunque hay veces que la eficiencia es lo de menos para irse de algún lugar, lo único que importa es irse... pero ese es otro tema).


Otra cosa a tener en cuenta cuando el viaje es largo son las paradas intermedias. ¿No sería mejor para un estudiante ocuparse de aprobar las materias del primer nivel antes de pre-ocuparse por las del último?


Es cierto que el fin último, o sea el final del viaje (cuando llegamos a destino) no debe nunca perderse de vista, pero ¿no sería poco eficiente (y un gastadero de recursos) estar todo el tiempo pensando en como va a ser dar ese último paso si todavía no dimos el primero?


Es decir entonces que para cualquier viaje se debe tener, además de las ganas de llegar, un plan. Y ese plan deberá tener etapas (siendo el planificar la primera etapa del viaje), puntos de control y pequeños objetivos intermedios.


Y quizás el punto más dificil de todos es darse cuenta que el haber realizado toda la planificación (saber dónde se encuentra el principio y el final, saber con qué se cuenta para llegar a destino y tener la motivación para hacerlo) no significa que ya se haya llegado, sino que sólo se está mejor preparado para empezar la etapa del movimiento.


Y digo que quizás es lo más dificil porque mientras se está planificando, mientras se revisan las valijas, mientras empezamos a ver qué nos falta y que tenemos, podemos caer en el engaño de pensar que ya llegamos... o peor, que la mayoría del camino ya está hecho y que al dar el primer paso se acabará el viaje.


Entonces, sabiendo cuál es la meta final (nunca perdiéndola de vista) y sabiendo dónde nos encontramos, empecemos por mirar dentro de la valija a ver qué tenemos, qué tendremos que conseguir y qué sobra y habrá que sacar. Eso ya es emprender el viaje. Uno que promete incontables maravillas al final, pero que también las da en las etapas anteriores, porque ¿no es hermoso ver que la valija tiene todo lo que necesitamos y no rebalsa de cosas inservibles que sólo la harían más pesada?


M.

1 Responses to Viajando

  1. Excelente, Mael!! Tu mejor post hasta la fecha.
    Lo de confundir el mapa con el territorio es un tópico común, supongo. Revisar la maleta... suena tan fundamental como complicado. Acaso pueda decirse que el verdadero viaje sea ese... si la maleta termina siendo más profunda de lo que pensabamos en un principio.

    Una sola cosa que quizas podría estar faltandonos.. ¿el medio de locomoción? O sería más preciso decir.. el método.

    Un abrazo!

     

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